Bolleras affaire

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   El amor es el amor

Quien dijo lo de que “soplar y sorber, no puede ser” no vivía en nuestro

siglo. Vamos, que ni lo imaginaba. Porque hoy gobierna indispustada una

progresía radical, sector Disney, en todo el Occidente rico bajo la que

se puede soplar y sorber, nadar y guardar la ropa, estar en misa y

repicando. Al menos, si estás apuntada al colectivo adecuado,

naturalmente.

Así, por ejemplo, se ha decretado que el amor romántico es un sucio

truco para perpetuar el Patriarcado. Pero esto, ay, solo hay que

aplicarlo a los heterosexuales, los ‘engendradores’, esa especie

miserable que aún se obstina en perpetuarse por un método más viejo que

la tos.

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Esas desdichadas criaturas están condenadas al sexo más mecánico y

desabrido, porque cualquier otra sería poner en peligro a la parte

identificada como mujer de contraer una letal patriarquitis.

En cambio, al otro lado del arcoiris, en el reino de las siglas

interminables que estos días (¿semanas? ¿meses?) celebran su orgullo,

todo es pura y simplemente AMOR. Del bueno. Amor de película, amor

romántico hasta el empalago, amor de corazoncitos rosas y aleteo de

pestañas.

“El amor es el amor” fue la frase con la que se nos vendió el

‘matrimonio’ homosexual, como si una no pudiese ‘amar’ a muchas de sus

congéneres sin desear revolver sábanas con ellas, o como si en el

‘cuarto oscuro’ de una sauna gay cada contacto anónimo encendiera ese

amor que mueve los astros en el firmamento.

Ahí todo son romances de tapa dura, como el de la presentadora Sandra

Barneda y su conmovedora -y pública, muy pública- reconciliación en

Instagram.

https://okdiario.com/look/img/2019/02/12/naty-abascal-y-nagore-robles.jpg

Barneda, que trabaja en la tele, ha elegido el Día del Orgullo para

reconciliarse con su pareja que, pese al significado que da el

diccionario a esta palabra, es solo una, Nagore Robles, que también

trabaja en televisión. Lo leo en Libertad Digital, que titula “Sandra

Barneda grita a los cuatro vientos su amor por Nagore Robles”. Porque

estas cosas, ya ven, se gritan a los cuatro vientos, que eso de la

intimidad emocional está muy pasado.

“Sandra Barneda ha confirmado, después de meses de intensos rumores sin

confirmación por parte de las protagonistas, que su reconciliación con

Nagore Robles es un hecho. La presentadora ha elegido el día del Orgullo

Gay y una romántica foto en la que aparecen besándose para gritar a los

cuatro vientos lo enamoradas que están. Con un significativo ‘reservado

mi derecho a besar a quien quiera. Reservada para ti. Creciendo juntas.

¡Feliz orgullo!’ Sandra ha elegido esta reivindicativa fecha para

confirmar una noticia que todos dábamos por hecho después de verlas

paseando a su perro en actitud de lo más cariñosa recientemente”.

Y es que parece que, tras la separación, tenían el perrito en custodia

compartida.

https://www.lecturas.com/medio/2018/03/13/sandra-barneda_2cc4f0b3.jpg

España es un país confesional. Es decir, es un país con una religión de

Estado cuyos principios informan las leyes y cuyos ritos se imponen a

todos como fiestas civiles. No hay nada raro ahí, primero, porque nunca

ha existido un poder sin su credo y su culto, y aquello del laicismo es

un cuento chino que la Historia se ha encargado de desmentir una y otra

vez. Por ejemplo, y ya que hablamos de chinos, en China hay un culto al

‘socialismo con características chinas’ tan completo que incluso las

parroquias católicas, si quieren seguir oficiando, tienen que

comprometerse a predicar la religión estatal desde el púlpito.

En segundo lugar, porque España -otro mito que conviene desterrar- no es

un Estado soberano, y tiene que aceptar con una inclinación de cabeza lo

que se imponga allende los Pirineos. Y esta religión de que hablamos es

universal en el Occidente postcristiano. Es cierto que todavía está en

fase evangélica -aunque muy avanzada-, y por eso es necesario confesar

la fe a todas horas y en cualquier ocasión, y sus parábolas -como esta

que contamos- se imparten como gotas de lluvia en un incesante temporal.

Y, como toda religión, tiene sus buenos y sus malos, sus modelos de

virtud y sus ejemplos de depravación. Todos debemos conmovernos con la

historia de Barneda, Robles y su perrito, del que lamentablemente

desconocemos el nombre. Este en su modelo de familia, el espejo en que

debemos mirarnos.

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¿Que no parece un modelo muy sostenible, como se dice ahora? No me sean

fachas, que tenemos ahí abajo a toda África para ir trayendo mano de

obra a medida que vayamos desapareciendo en medio de nuestros caprichos

y contradiciones. Lo único que importa es el amor, aunque quizá los

herederos de nuestra civilización tengan ideas ligeramente más

elaboradas que aplicar.

Que asco

 

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